Ves? Lo ves?
SImplemente estaba ahí, siempre estuvo ahí.
Sé que nunca nos abandonó, estuvo presente en cada suspiro,
cada latido y cada inspiración fueron sentidos...
Sabía que estaría escondido, o simplemente no quiso mostrarse hasta el momento adecuado. Pero siempre estuvo ahí.
¿Los complejos? Todos se fueron cuando él apareció. No sé donde, ni quiero saberlo; y es que sin él todo se vuelve complejo, tranquilo, rutinario, evidentemente: ABURRIDO.
Y sí, ya sé que me lo decías. Que cuando me volviera a mirar me lo encontraría de frente, pero nunca supe que podría volver de esta manera, dejándolo todo arrasado, limpio y a la vez DIVERTIDO. Me apasiona tenerlo de nuevo, volver a la incertidumbre del qué pasará, o 'simplemente' al 'deja que ocurra lo que tenga que surgir', o del 'déjate llevar'.
Pero me pongo triste porque no sé si llega para quedarse o para un reposo de su ajetreada existencia, y sé que no debo planteármelo pero esos bichitos que sólo funcionan (y se complican) cuando más 'atareados' estamos, no me dejan disfrutar de esta sensación.
Ahora más tranquila y relajada, vuelvo a querer disfrutar de cada segundo. No me importa dormir una hora menos, ni quitarle a la madrugada parte de su alba y rocío para que esto dure por siempre, incluso robarle al corazón algún que otro latido. Por él merece la pena. Sí, lo sé; por él sí. Al menos déjame que pueda seguir soñanado con lo que un día podrá ser.