miércoles, febrero 02, 2011

Calma Apasionada

Fue en la oscuridad, donde mis manos encontraron a las tuyas. El primer contacto físico en el que se me fundieron los plomillos.
Una suave caricia entre mis dedos que provoca un dulce cosquilleo en mi nuca avisándome que si continúas, me has ganado.

Tus dedos juguetones no muestran la firmeza acostumbrada en tu profesión. Hoy tiemblas como si sostuvieras un frágil objeto que pudiera hacerse añicos.
Manos fuertes, rudas, tensas... pero suaves y delicadas como siempre son tus palabras.
Reaccionas sorprendido ante mi positiva respuesta y tus yemas emocionadas pasean por mi piel provocándome una pícara mirada.

El juego ha comenzado. Ya no puede parar. Has llegado al punto clave, aquél que me hace suspirar y con el que mis defensas puedes desmontar.
Pero me sorprendes con algo nuevo, un susurro provocado que mi lóbulo no resiste y hace que el cosquilleo provocado por tus labios, se encuentren con los míos.
Y aquí me tienes. Sin control. Perdida. Sumergida en el dulce sabor de tus besos. Tiernos, tímidos.

Pero mi corazón escucha al tuyo y ambos se impacientan. Y nuestras bocas piden aire para retomarnos con más pasión, como si se nos fuera la vida en ello.

Tu mano desciende suave por mi espalda, mientras la mía se sostiene en tu fuerte pecho para no caer en las redes de lujuria que tus besos provocan.
La pasión nos desborda. Y tus labios continúan su aventura por mi extasiado cuello, se deslizan por mi hombro dejándome al descubierto. Desarmada. Sin motivos para frenar esta locura desatada.

Mis labios sedientos, te buscan, te anhelan, te esperan. Pero no soportan la brevedad con la que se deslizan por tu mano. La mano que desencadenó todo y sitúo estratégicamente para dar un paso más en este juego.

Noto que te excitas, a la vez que vuelve a ti la confianza. Hechos que provocan a un huracán que nos llevará a alta mar. A una marejada a mar abierto, con el brusco vaivén de dos olas al chocar para convertirse ambas en un mismo mar.
Un mar atormentado que busca su victoria con el amor de estabilizar su pasión. Pasión desbordada en mitad de la nada, que nos lleva al mismo cielo sin pasar previamente por el infierno.
Y llegamos juntos, cogidos de las manos, eufóricos de placer, para descansar rodeados de nubes en medio de una calma apasionada, que desea volver a despertar.

No hay comentarios: