viernes, abril 15, 2011

Nov. II

Ahí estaba. Sentada en la cama. Sin saber si volver a dormir o intentar despejar la incógnita.
Otra vez. Sin más, volví a dormir con la buena suerte de poder hacerlo hasta por la mañana.
Cuando volví a abrir los ojos, la luz del sol entraba por la ventana (sí lo reconozco, me encanta dormir con la persiana hasta arriba) y mis ojos vislumbraban momentos de cambios.

Los momentos siguientes: Más de lo mismo. Estiramientos, sonrisas y una actitud positiva para comenzar el día. Ahí estaba, frente al espejo, con mi mejor sonrisa, la más sincera.

¡Buenos días!

Sólo me fallaba algo...

Necesitaba un abrazo!! ¿me daría este día la oportunidad de poder conseguir uno sincero que me llenara el vacío?

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