miércoles, abril 20, 2011

Nov. III

Y transcurrió el día sin más. Sin más sonrisas que las mías propias. Sin más palabras que las justas. Sin más abrazos que los recordados. Aún me costaba entender cómo podía estar en esa situación, pero tenía la esperanza de que pronto cambiara.

Y sin más, llegué a mi destino. Y ¿casualidad?? Creo que no, simplemente coincidencia. Ahí estaba él, con su dulce y pícara sonrisa para recibirme tras un día hastío y vacío.

¿Un abrazo?

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