miércoles, noviembre 15, 2006

Lluvia en la ciudad (III)

Allí estaban. Sentados en la arena de aquella playa que había visto nacer todo lo que ahora se reunía en pocos centímetros de fina arena. Tristán, Alberto y Andrea.
Él fue el artíficie de todo. Aquella tarde que Tristán se escapó por la playa y Andrea desesperada lo buscaba por aquellos interminables tres kilómetros de playa. Su inquietud era que alguien lo hubiese cogido y se lo hubieran llevado, o lo que es peor lo hubiesen llevado a la perrera. Lo bueno es que tenía el chip identificativo que la reconocía como dueña.
TRas más de media hora dando vueltas por la playa, a lo lejos vio como un chico caminaba con perro igual al suyo, ¿sería Tristán??. No podía ser posiible, ya que él no era muy amigable con los extraños, y caminaba dando saltos y mostrando muchas muestras de afecto...

Pero cuanto más se acercaba, mejor veía que sí, ése, ese cachorro gigante era Tristán. Al verla, 'Tris' corrió como nunca, y él, ese misterioso chico tan atractivo sonreía.
Sólo les hizo falta esa conversación para darse cuenta, allí estaban, unidos por la "cosita que más quería en el mundo, Tristán", según recordaba Andrea.

Relax, paciencia, amor, sentimiento, tranquilidad, viento, marea, sal, luz, arena, agua, olas, corazón, amor, paseos, caricias... Y Tristán jugueteando con el anillo del dedo anular del pie de Andrea, mientras la risa inundaba sus corazones, y aquella brisa que todo lo sabía....

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